Incautado un alijo de Viagra en el Hogar del Pensionista
Alrededor de cincuenta cajas de este famoso fármaco estaban escondidas en la sala de calderas.
La pasada mañana agentes del Servicio de Acaparamiento de Estupefacientes (EAS en inglés) realizó una redada en el Hogar del Pensionista como resultado de una larga operación de 6 meses de duración en la que realizaron un seguimiento de varios individuos que compaginaban sus jornadas entre este lugar de recreo y algunos clubes de alterne de la autovía A-4 todos los días de la semana, operación muy larga y dificultosa en su desarrollo ya que iban intercalando las visitas entre los clubes de la zona para no levantar sospechas.
"Al principio resultaba gracioso ver a los abuelos, pero luego se convirtió en un calvario", afirma una trabajadora de uno de estos clubes que fue quien alertó a los agentes. "Venían riendo y gritando, con los ojos inyectados en sangre. Se creían los reyes del Mambo, y eso nos empezó a dar miedo", añade. Sus hazañas no las realizaban sólo en estos clubes, al parecer algunas de las esposas también veían con sorpresa el renacer de la libido de sus maridos, "hasta mi vecina me decía que qué me pasaba, que parecía más joven; la verdad es que la sonrisa no se me quitaba de la boca", confirma una de las afectadas. "Antes venía del Hogar cansado y con hambre, buscando el sillón y la tele para ver a Juan Y Medio, pero últimamente me venía buscando a mí; lo malo era que por la noche acudía muy tarde y con olor a pachuli", continúa otra de las amigas.
Según manifiesta uno de los implicados, la cosa se les fue de las manos y los excesos comenzaron a repercutir en la salud, teniendo que acudir al Servicio de Urgencias en varias ocasiones con taquicardias y dificultades para orinar debido a la inflamación de la próstata, pero "una vez que te metes es muy difícil dejarlo, te levantas por las mañanas y lo primero que piensas es en tomarte una azulita (así le llaman a la pastilla de Viagra). Una vez, hasta pensamos en entrar por la noche en el Hogar, menos mal que teníamos unas poquejas en la guantera del coche que si no...".
De momento, los acusados está en libertad con cargos aunque no se sabe exactamente el número de implicados de una red que podría afectar a localidades cercanas.
