Se tatúa Valdepenas (con N) porque el tatuador es americano
Ocurrió en un prestigioso centro de tatuajes de Madrid.
Hace unas semanas con motivo de las fiestas del vino, un vecino de nuestra localidad residente ocasional en la capital de España decidió en un alarde de patriotismo local realizarse un tatuaje en un brazo para "molar a los colegas" con algún símbolo identificativo de Valdepeñas. "Me propusieron primero alguna foto de mi madre ó de mi novia, una rosa y un tribal, pero les dije que no, que quería algo de mi pueblo, y me dijeron que entonces no podrían ayudarme porque no conocían Valdepeñas. Menuda faena, porque los porros me tienen vacía la mente últimamente y no se me ocurre nada".
En ese momento y debido a las prisas, a P.L.H.S. sufrió un bloqueo y no sabía que tatuaje hacerse: "Era una gran responsabilidad, es para toda la vida; pensé en una tinaja, pero era muy basto; una botella de vino... me dirían borracho, que conozco a la gente; un racimo de uvas, pero era muy rural para Madrid.... y se me ocurrió ponerme Valdepeñas con unas letras guapas".
Ya resuelta la duda del dibujo, se dirigió al mostrador para comunicar su decisión. "Me dijeron que si estaba seguro y respondí que sí, que qué mejor llevar el nombre de tu pueblo allá donde vayas, y me acompañaron hasta una cabina. Para el trabajo, a mí me gustaba más una tatuadora que se parecía a la que sale en la tele, así en plan roquera, pero el que estaba en la cabina era un chico". Lo que no le dijeron a P.L.H.S. era que este tatuador era de EEUU, concretamente de Winsconsin, y que no hablaba ni conocía bien el español. "Cuando le saludé me extrañó que no hablara español, pero en Madrid ya se sabe, así que no me preocupó. Le enseñé el papel con la inscripción "Valdepeñas", y sin mediar palabra comenzó el trabajo".
El problema apareció al terminar: "Cuando me indicó por señas que ya había acabado me pareció una guapada, le di las gracias, pagué y me fuí. Ya en la calle me di cuenta de que ponía Valdepenas, con n. Volví al centro de tatuajes para reclamar y me dijeron que era normal, porque Billy era americano y ellos no reconocen la Ñ, como los teclados del ordenador. Les pedí que me lo arreglaran y se negaron con el argumento de que así era mucho más internacional, que la Ñ era de catetos, y me convencieron. Además, tengo pensado ir a Nueva York el año que viene, así que me viene mejor", manifiesta tan contento nuestro convecino.
