Un vecino del barrio de La Yenka ha sido multado por excesiva emisión de gases
Al parecer ha incumplido varios artículos del Protocolo de Kioto.
![Imagen del barrio afectado](https://static.wixstatic.com/media/3273f3_2b9acd9f792745fab18c38650549c386~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_515,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/3273f3_2b9acd9f792745fab18c38650549c386~mv2.jpg)
La pasada tarde varios agentes de control medioambiental se personaron en el domicilio de G.M.T, varón de 51 años y habitual consumidor de fabada y demás legumbres, debido al aviso dado por las autoridades climáticas al detectar un aumento en la emisión de CO2 en una zona determinada del barrio de La Yenka cuyo epicentro se encontraba en la vivienda de este individuo.
"Menudo susto, no me lo esperaba; estaba tan tranquilo viendo Sálvame cuando de repente oigo que llaman a la puerta, la abro y veo a dos armarios empotrados con un traje negro enseñándome un papel y pidiéndome que les acompañara", afirma G.M.T. "Como pude me puse el chándal de salir y me fui con ellos", añade. Según cuenta, le llevaron en una furgoneta con los cristales tintados hasta dependencias policiales donde comenzaron a interrogarle sobre sus hábitos dietéticos y sobre la cantidad y frecuencia de flatulencias generadas, causante del aumento de CO2. "Ya decíamos que en esta parte hacía más calor que en otras zonas del pueblo y llovía menos en otoño con lluvias torrenciales en primavera, algo que en el barrio de la Virgen de la Cabeza no pasaba. Lo sé porque tengo una sobrina viviendo allí y lo hemos hablado alguna vez. Además el olor, pensábamos que venía del matadero pero ya vemos que no", afirma una vecina que pasaba por ahí.
Tras varias horas de interrogatorio volvieron al domicilio para realizar un registro, encontrando varias latas de fabada Litoral y la nevera llena de brócoli y coliflor. "Es algo que me encanta, siempre le digo a mi madre que no me haga otra cosa de comer; es que estoy separao ¿sabe usted?". Tras preguntar a la madre nos confiesa:"Yo esto lo veía venir, no podía ser tanto gas, lentejas, habichuelas, coliflor... a él le gusta mucho pero me olía que esto no podía traer nada bueno; yo había veces que aprovechaba para irme a comprar, porque era insoportable. En verano se puede abrir las ventanas, pero en invierno... No me extraña que se separara por eso", dice en voz baja sin que lo oyera su hijo.
Una vez terminadas las diligencias, se procedió al decomiso de todas las latas de fabada y coliflor, una multa de 100 Euros y la obligatoriedad de acudir a una dietista para reconducir sus hábitos alimenticios. Los vecinos respiran aliviados.