Avistan a dos payasos del terror en el Bar 'Los Manchegos'
Fueron expulsados del local con varios puntapiés y collejas con la mano abierta.

La moda de los disfraces de payaso con cara de psicópata ha llegado a Valdepeñas, pero ha tenido un debut nada esperanzador. A los hermanos Ramón y Luis Alberto G. L. no se les ocurrió otra cosa en una tarde de aburrimiento y de ver vídeos de youtube que disfrazarse de los famosos payasos de moda en toda Europa. Para ello, se desplazaron a la tienda gestionada por personal asiático en la zona de los multicines para hacer acopio de lo necesario: un traje de payaso, peluca, y una careta, algo que encontraron fácilmente sobre todo por la proximidad de la Fiesta de Halloween. Una vez adquirido lo necesario, se desplazaron a su domicilio en la calle San Juan para disfrazarse. "Al principio nos lo pasamos bien mientras nos poníamos el disfraz, haciéndonos fotos para el face y todo el rollo", afirma Ramón. Sin embargo, no se esperaban lo que iba a venir después.
Una vez acabaron de disfrazarse, pensaron dónde se dirigirían para 'causar terror': "Estuvimos pensando donde podíamos ir, y aunque pensamos en ir al Margarita asustando a gente por todo el canal, decidimos ir primero a nuestro bar más cercano: Los Manchegos; maldita sea la hora", afirma Luis Alberto. Y así lo hicieron, tras salir del domicilio entre risas mientras mientras la madre les gritaba "¡¡¡dónde vais así, que parecéis tontos!!!", se dirigieron hacia el bar antes mencionado con la ilusión de atemorizar a los allí presentes y a la chiquillería de la plazoleta anexa. Nada más lejos.
A las 20:30 horas accedieron al bar en silencio, solamente mirando a los clientes, cuando uno de los camareros les preguntó si querían tomar algo. Al oír esto, ellos giraron la cabeza en sentido negativo sin decir ni una palabra, a lo que el barman replicó: "entonces, que co... hacéis aquí, mamarrachos. SI todavía no es carnaval ni jalowin de ese". Ante el escándalo, uno de los clientes que estaba jugando a la diana, se giró y exclamó con sorna: "¡Arrea, los payasos asesinos esos! Uhhh, que susto", añadiéndose la mofa de todos los allí presentes que dejaron sus botellines y las copas de anís para ir rodeando a los payasos. Viendo lo que se les venía encima, Ramón y Luis Alberto decidieron salir a la calle pero no les dio tiempo, una nube de patadas y collejas les cayó encima, con gritos vejatorios e insultos varios; para colmo, los niños que estaban jugando en la plazoleta comenzaron a tirarles piedras, dándole a Luis Alberto en la cabeza y produciéndole una brecha que precisó varios puntos de sutura.
Por la calle Pocico se dirigieron corriendo hacia su domicilio, siendo perseguidos por los niños hasta que pudieron acceder a la casa. Una vez allí, se quitaron rápidamente la ropa y al no dejar de sangrar la brecha de Luis Alberto los padres decideron llevarlos al hospital, mientras la madre les decía:"Si ya os lo había avisado. Cuando queráis volvéis".