La presencia del Ballet Ruso provoca un desabastecimiento de las reservas de vodka de la localidad
Se han agotado las existencias de dicha bebida hasta en los supermercados.
![Imagen del lugar donde estaba el vodka en un conocido supermercado](https://static.wixstatic.com/media/3273f3_55a353a7b8cf405ebb3645e5fb381be5~mv2.jpg/v1/fill/w_641,h_431,al_c,q_80,enc_auto/3273f3_55a353a7b8cf405ebb3645e5fb381be5~mv2.jpg)
La actuación del ballet ruso en Valdepeñas no ha pasado desapercibida. Además de ofrecer una actuación espectacular con un lleno de las localidades, ha agotado también el stock de vodka de la localidad, algo sorprendente ya que se trata de una bebida algo en desuso. "Yo hacía tiempo que no veía nada igual, hemos agotado las botellas del almacén que desde la época del vodka con naranja no se habían consumido, incluso tenían telarañas; hasta le tuve que pedir una a mi cuñado que tenía para las visitas en los cumpleaños", afirma un barman de un conocido pub del canal.
Todo comenzó a la llegada de la expedición, cuando ya se personaron los asistentes técnicos para ir preparando la actuación: "De pronto vimos a un grupo de 8 personas que por el idioma nos parecían rumanos; nos pidieron vodka señalando a una de las botellas que estaban decorando la estantería de bebidas y les pusimos una copa, primero con naranja, pero nos explicaron con gestos que eso era una guarrería y se lo bebían solo con hielo; así lo hicimos", añade dicho camarero. Viendo el ritmo, tuvimos que acercarnos al DIA para llevarnos una par de ellas, pero pronto vimos que no iba a ser suficiente", relata. Pero lo peor vendría luego, con el fin de la actuación: "Tras un paréntesis de unas horas sin volver a pedirnos vodka, pensamos que iban de paso, hasta que llegaron compañeros del bar de 'Las siete esquinas' para pedirnos si teníamos algunas botellas; eso nos puso en guardia", continúa nuestro informador. "Nos contaron que habían visto un grupo de rusos que eran de un ballet y que estaban celebrando la actuación, así que fuimos a por más provisiones a los supermercados: ya no había nada, ni siquiera en el Simply; según parece, los del Motel se habían adelantado ya que estaban hospedados allí y no dejaron ni la muestra", nos sigue relatando nuestro testigo.
En el Bar Victoria no salían de su asombro, ya que gastaron hasta las que tenían sobrantes de la despedida de soltero de un sobrino."Menos mal que en las despedidas se compra de to para que no falte, que si no no se que hubieran hecho", afirma un testigo. En el Bar Panchi les pilló sin existencias, "pero les pusimos alcohol de 90º con anís y ni se han enterado; cuando se les enciende el paladar ya no saben lo que beben", nos cuenta un confidente. Después de la noche de prisas y agobios, desde la hostelería en su conjunto nos confiesan un deseo: "Ojalá vengan otra vez, porque nos queda mucho Ponche Caballero y no sabemos que hacer con él".