Una señora solicita que esparzan sus cenizas en las Pescaderías Cantábricas
Así lo declaró Josefa P. M en el Registro de Últimas Voluntades.
Hay veces que el corazón atiende a razones que la razón no entiende. Y es que cuando alguien debe decidir que hacer con sus restos mortales se guía por impulsos que tiene más que ver con los sentimientos que con la cabeza, como le debió ocurrir a Dña. Josefa cuando decidió que el día que falleciera incineraran sus restos mortales y fueran esparcidos por el interior de las Pescaderías Cantábricas. "Ella siempre decía que era el lugar donde más tiempo pasaba y mas a gusto estaba, han sido 58 años de ama de casa y todos los días iba a comprar algo; era necesario para ella, tanto por la necesidad de comer como por el rato de distracción y charla que le servía como terapia", afirma uno de sus hijos. "Realmente les tenía mucho cariño, a pesar de los gritos y de los chistes malos", añaden.
Cuando se produjo el deceso y los herederos desvelaron las últimas voluntades de Josefa, no podían creérselo: "Nos quedamos a cuadros, porque ella siempre había dicho que quería que la incineraran, pero no dijo nada sobre las cenizas; no sabíamos que hacer, pero tras hablarlo con el resto de la familia hemos decidido comenzar las gestiones para cumplir con su petición", relata de nuevo su hijo. "Según nos han informado, el problema principal lo presenta la Delegación de Sanidad, ya que existen mostradores con pescados expuestos al público a los que caería la ceniza, no estando permitido; se pensó en tirarlas al suelo, pero no queríamos que nadie pisoteara a nuestra madre. Por eso, tras estudiar varias soluciones, vimos que la más viable era dejar las cenizas en un jarrón y colocarlo en el rincón donde ella habitualmente se ponía a hacer la compra", nos cuenta nuestra fuente.
El rincón donde se dispondrán las cenizas es el situado al entrar a la derecha, cerca del pez espada, "que era donde ella se colocaba para pedir la vez", y se pondrá una placa en una estantería acompañada de dos jarrones para que los familiares y seres queridos puedan depositar flores. "Lo peor va a ser el día de Todos los Santos, ya que vendrán familiares de Madrid y Valencia a depositar las flores y pueden ocupar mucho sitio; no creemos que la pescadería ponga pegas ya que son clientes potenciales", nos cuenta otro de los hijos de Josefa.
Todo sea para que el alma de Josefa descanse en paz, "no sea que se convierta en un alma en pena y nos cueste un disgusto", sentencia la familia.
