Detienen a un joven por realizarse tocamientos delante del escaparate de una tienda de lencería
El detenido es un joven de 17 años sin novia desde hace año y medio y con escasa aceptación entre sus compañeras de instituto.
Juan Alberto P.M. llevaba un tiempo sin que nadie lo tocara ni con un palo hasta el punto de padecer fuertes dolores testiculares que le obligaron a ir a un especialista de paga temiéndose lo peor. Sin embargo, el diagnostico de este facultativo tenía más que ver con factores relacionados con la inactividad sexual. "Me dijo que cuando notara una hiperexcitación no me aguantara y me aliviara como fuese; en el insti no hago más que echar viajes al servicio, porque las compañeras están que te cagas, pero ese día me pilló de compras y a la tercera vez que pasé por el escaparate de la tienda no me pude aguantar", declara Juan Alberto en el momento de la detención.
"Estaba en la tienda Game mirando unos juegos y no le quitaba ojo al escaparate; me dirigí a realizar otras compras y no se me iban de la cabeza los maniquíes. Paré para tomar una caña en el Gavilla y no lo pude evitar: pagué y me fui al escaparate para aliviarme. Mi salud es lo primero", relata de forma estremecedora nuestro protagonista.
El problema es que eran las siete de la tarde y había multitud de personas por la zona, por lo que en seguida dieron la voz de alarma y comenzaron a increpar al joven. "Yo vi a un chaval pegado al cristal y no le di importancia, pero cuando volví de hacer un recado y seguía allí realizando unos movimientos repetitivos me llamó la atención y decidí acercarme porque pensaba que le estaba pasando algo", nos cuenta Alba, testigo de lo sucedido. "Comencé a gritar y en ese momento empezó a llegar más gente que al percatarse de lo que estaba haciendo comenzaron a gritarle", añade.
Juan Alberto solo quería que lo dejaran acabar, pero no pudo lograrlo ya que se presentaron los cuerpos de seguridad y se lo llevaron en el coche. Al final, todo acabó con una pequeña multa por exhibicionismo y la limpieza de la tapicería del vehículo oficial ya que "no podía contenerme y tuve que terminar en el coche", concluye.
