Una vecina del Lucero va a tirar unos cartones al contenedor azul y acaba en Cachiporro
Comenzó a buscar un contenedor azul y callejeando encontró uno en la calle Magdalena, cerca del Parque de las Infantas.
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Consuelo M. P. recorrió casi dos kilómetros la pasada mañana buscando el lugar indicado para arrojar los cartones resultantes del embalaje de un lavavajillas, cruzando de un barrio a otro de Valdepeñas. "No se como pasó; empecé a andar por la calle Reloj y cuando me di cuenta estaba en la Iglesia de Cachiporro; menuda cansera, cargá con los cartones. Las vecinas me decían: '¿Dónde vas Consuelo?' y al explicarles el caso me contestaban: 'pues ves a la vuelta que hay uno', pero nada. Así una y otra esquina", nos cuenta con lágrimas en los ojos. "Menos mal que alguna vez me paraba con alguna conocida que me daba conversación y descansaba un poco, que si no..", añade.
Así estuvo durante tres horas hasta que a base de preguntar a unos y otros localizó el famoso contenedor. "Que alegría me dio, me arrodillé y le di un beso al suelo, como hacía el Papa en los viajes, y tiré los cartones. Luego me vino bien la caminata, porque al volver compré la fruta y el pan como era casi la hora de comer. Además, ese día ya no tuve que salir a andar por la tarde para bajar el azúcar y pude ver las novelas tranquilica", relata.
La experiencia, lejos de ser un trauma se ha convertido en costumbre: "Luego me dijo mi yerno que había uno un poco más cerca, pero ya siempre voy al mismo. Hasta me he hecho clienta de la frutera y todo", concluye Consuelo.